Las plantas que viven generalmente en terrenos cuyo PH (medida de acidez) oscilan entre 4 o 4,5, son plantas de tierras muy ácidas en las que viven bien las azaleas, las calas, las gardenias, hortensias, rododendros, etc.
Por otro lado pueden vivir con PH en torno a 7,5 e incluso 8 (tierras alcalinas) las caléndulas, geranios, petunias, gerberas, ipomeas, guisantes de olor, etc, siendo estos casos extremos, ya que el ph óptimo para la mayoría de las plantas se sitúa entre 6 y 7.
Si notamos que la tierra del jardín es marcadamente ácida (entre 4,5 y 6) tendremos que escoger bien las especies que vayan a instalarse en este tipo de terreno, o bien encalar el terreno para corregir su acidez, subiendo el ph hasta valores de 6,5 o 7.
Para realizar el encalado del terreno emplearemos cal de construcción o bien piedra caliza molida, la cual extenderemos y enterraremos bien en el terreno varias semanas antes de la plantación.
Si por el contrario lo que tenemos es una tierra alcalina (ph de 7 a 8), tendremos que acidificarla ligeramente, para ello aportaremos unos 100kg./área de turba rubia o clara, que suele tener un ph en torno a 3 y 5, o aportando azufre o fertilizantes con abonos acidificantes que podemos encontrar en el mercado, como el sulfato amónico.
