Hay muchos jardines desequilibrados, tanto desde el punto de vista de la estructura como del color. Cualquier artista que planifica un cuadro empieza basándose en la consecución del equilibrio correcto de ambos aspectos.
Hay que procurar evitar dar énfasis sólo a un lado del jardín o a un extremo u otro. Cuando se trata de mantener el equilibrio, los jardines con una pendiente que atraviesa la vista principal son especialmente difíciles, ya que los rasgos del lado más alto siempre dominarán a los del lado más bajo.
Si la nivelación no es practicable, entonces es preciso que las características del lado más bajo sean mayores o más altas, o bien que tengan un mayor impacto para lograr un equilibrio mejor.
También es muy importante equilibrar el color. Hay que evitar los colores brillantes o vibrantes en el extremo más alejado de la vista, ya que estos colores achicarían el jardín y tal vez estén en desequilibrio con los colores pastel utilizados en el centro del jardín o cerca de la casa.
Por lo general, el mejor equilibrio se consigue cuando los colores van enfriándose a medida que se alejan, hasta que por fin sólo quedan blancos suaves, azules, grises y verde oscuro en el extremo más alejado del jardín. El equilibrio del color es uno de los aspectos más importantes en el diseño de jardines.
