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La división de plantas herbáceas perennes


La mayoría de las plantas herbáceas, aunque no todas, forman grandes cepellones en pocos años, y a medida que pasa el tiempo, el centro del cepellón se deteriora y no florece bien. Vale la pena entonces dividirlas cada tres o cuatro años, replantando las partes jovenes y vigorosas que se habrán extraído de los extremos del cepellón.


Por lo general, este trabajo se hace en otoño -sobre todo si se trata de asters y de heleniums- para que tengan mejores oportunidades de lograr una buena reimplantacion cuando, a principios de primavera, salgan los brotes nuevos.

Las plantas que florecen temprano, como los doronicus, pyrethums y prímulas, no hay que dividirlas hasta que acabe la floración. Algunas plantas herbáceas no forman cepellones, y no se pueden dividir con esta técnica. Para ellas habrá que buscar otro método de propagación, por ejemplo, para las anchusas y los eregiums es ideal el esqueje tierno, mientras que para los lupinos y delphiniums lo ideal sería plantar semillas.